lunes, 11 de enero de 2010

Una historia se pierde con el tiempo


Uno de los 143 bienes declarados patrimoniales en la ciudad de Azogue el 31 de octubre de 2000 fue la iglesia San Francisco de Quito.

Actualmente esta iglesia, que data de los años 40, sufre de fragilidad en su fachada de piedra. Con el paso de los años las piedras han adquirido un color amarillento y cada vez se deshacen más.



El problema con su restauración es justamente que ya no se restaura. Varias casas ubicadas en la calle 10 de Agosto sufrían del mismo problema y lo que se hizo fue conservar la fachada y en su interior reemplazar los materiales originales por hormigón, cemento y ladrillo. Es decir las casas ya no se restauran sino que son reconstruidas, quitándoles así su valor patrimonial.

De acuerdo al estudio del experto Marco Velecela, ex director del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC) del Austro, cada tres meses desaparece una edificación patrimonial.

Esta nota se basó en una publicación del diario El Comercio y en sus últimos párrafos decía:” Joaquín Moscoso, actual director del INPC del Austro, asegura que las declaratorias de patrimonio nacional no supusieron un plan de manejo adecuado.

Recuerda que el Ministerio de Educación hacía las declaratorias luego de solicitar a los municipios ordenanzas de administración y control del Centro Histórico. La idea era que un cuerpo de ordenanzas tuviese una funcionalidad de plan de manejo.

Eso se hizo en Cuenca y Quito, pero la mayoría de las 24 ciudades patrimonio del Ecuador no tienen ordenanzas de control y administración de los centros históricos. “Por lo general, operan con normas de carácter instrumental”, explica Moscoso. Este Diario intentó comunicarse con los directores municipales de Azogues, encargados del patrimonio de ese cantón, pero fue imposible dialogar.

El INPC del Austro y el Municipio de Azogues trabajaron en varias intervenciones como la un antiguo hospital, en donde ahora funciona la Policía provincial e invirtieron USD 200 000.”

Es alarmante como nuestra ciudad, un patrimonio cultural de la humanidad, se esté perdiendo por falta de capital, atención y cuidado. Es un pasado lleno de historias, leyendas, mitos y tradiciones que nos rodea cuando caminamos por sus alrededores. Nuestra cultura se cae a pedazos y es difícil aceptar la indiferencia.


1 comentario:

Gladys Martínez dijo...

Mi nombre es Gladys Martínez Alemán. Notas como ésta son un llamado moral para concientizar al ciudadano y a las instituciones gubernamentales sobre la importancia de las raíces históricas, sociales y culturales; la preservación de nuestra idiosincrasía y el orgullo de poder no solo contar, sino también mostrar un pasado irrepetible y único. Gracias y felicitaciones.